domingo, 5 de septiembre de 2010

Valores e Ideales de Juan Bosch:

Es más que oportuno iniciar señalando los aspectos más importantes, enmarcados en valores e ideales de un ser humano simbólicamente colosal en todo el sentido de la palabra, sobretodo en semblantes de ética y moral, y más aun dentro de los propios ejemplos del verdadero valor político-social. La figura del político, escritor, profesor Juan Bosch, es para mí la representación de una total libertad instaurada en el desglose de nuestra gran historia, la cual ha significado siempre la reseña inequívoca del verdadero patriotismo nacional.

El identificarse bajo un ideal conciso y transparente es muestra de que luchamos de una u otra forma determinada para concretar aquel sueño, un sueño que para el Dr. Bosch fue el nacimiento y la cuna de una democracia nunca antes vista y transcendentalmente anhelada.

Tras el establecimiento de estas palabras, me tomo la libertad de introducir una frase a tan impactante argumento, ya que posee sus bases sobre una pieza sumamente importante dentro de la referida historia, cuyo nombre es digno de admiración y respeto.

El personaje diría, se sumergió bajo las aguas, ante el destructivo maremoto causado por tan valerosos términos:

“Quien no vive para servir, no sirve para vivir”

Mi reflexión es la siguiente:

¿Qué es servir y por qué hay que Servir?

La persona humana, tiene por valor primordial la existencia, es decir la vida; la cual quedará satisfecha a la respuesta de: ¿Para qué existo? Existe algo que podría ayudarnos a encontrar la respuesta, si tomamos conciencia de manera honesta de los valores, experiencias, capacidades y potencialidades que tenemos, Descubriremos que grandes, hermosos y maravillosos somos, todos y cada uno de nosotros.

Saber que soy especial, único e irrepetible es algo grande; pero ¿De qué sirve? sirve, si sirvo y servir es ayudar, donar, compartir y participar, lo que soy con los demás.

A través de esto, obtenemos un ramillete intachable de valores íntegros e ideales firmes, y sin lugar a dudas, bajo tales conceptos podemos vislumbrar algunas posturas del gran intelectual, visionario, Prof. Juan Bosch.

Aquel deleite de extravagancias filántropas, orientadas al rejuego de la solidaridad y el altruismo, fueron claves que se mantuvieron presentes dentro del quehacer nacional dominicano. Juan Bosch, tras una vida de servicios, sostuvo cristalizadas perspectivas con respecto a las debilidades de su pueblo y mas allá, logro comprender que debía hacer para fortalecerlo, su vida fue un constante luchar por recuperar las esperanzas de una república, de una nación, desvanecidas por atrocidades y acontecimientos vánales, los cuales incrustaban dentro del corazón dominicano un rechazo inexplicable a todo referente de nacionalidad, es decir de dominicanidad.

Sus hechos hablaron por él, su categórica presencia movilizo los pensamientos menos optimistas e hicieron recapacitar al pesimista, otorgando luz a todo un pueblo agrupado en filas a la espera de un cambio repleto de visión, cuyos caminos se alejan del abismo al que se encontraba expuesto todo el rumbo de una mal administrada nación. Pero su corazón venció, y el dominicano participo, hablo, canto, se expreso y hasta bailo, el dominicano por fin obtuvo lo que le pertenecía y lo que siempre le ha pertenecido, La Plena Libertad de hacer de su tierra un lugar propio y digno del verdadero dominicano, forjador y trabajador, del que ara y es de pura cepa. Sus esfuerzos se vieron materializados justamente sobre el pueblo, al mismo contemplarse totalmente identificado. Sus intenciones fueron las mejores, aun reconocemos que el ideal fue más fuerte que un torrente ambiguo de maldad, instaurado en un desván buscando simple y llanamente socavar las edificaciones correspondientes al derecho general, asentadas por la voz de uno solo, que congregaba el deseo de millones.

Su legado fue su vida, un ideal intachable que aún perdura y prevalece, su estructura actual es clara muestra de ello. Persiguió sus objetivos, pero lo más importante persevero en busca de ellos, y hoy por hoy su figura estremece naciones, y su concepto de libertad social nos acompaña y jamás se apartara de nosotros, porque la batalla continua, y no dejara de ser hasta tener un victorioso final.

La humildad es la base de una conjetura con miras a las alturas, cosa inherente al Prof. Bosch, el mismo y el desinterés vanidoso iban de la misma mano, su interés primordial, tomado de su propio pensar sin lugar a dudas fue observar la satisfacción en el rostro de las personas, sin distinción alguna, por sentirse al nivel que por supuesto ha de corresponder, ese orgullo de ser dominicanos, en la gente dominicana, fue su única y principal atracción. Para esto era necesario un cambio radical dentro de los términos acogidos por el pueblo con respecto a la libertad.

Ante su forma tan pragmática de dirigirse por la vida, podemos admirar valores en su persona, los cuales finalmente se encarnan en sus ideales. Los valores son la base de la conciencia moral, pero ésta no sólo percibe, sino que se orienta por un deber, y es así porque los ideales, como decíamos, resumen una serie de valores que quisiéramos se plasmaran en el mundo que nos rodea; toda idea del bien se orienta hacia un ideal, y todo ideal resume una idea del bien. Este fue un realizador de la bondad, tuvo siempre presente al compatriota dominicano.

El mismo Dr. Bosch, fue un ser insaciable de justicia, uno de sus motivos para involucrase dentro del mundo de las letras y el de la política, fue el abuso al pueblo y al mismo individuo, en todas sus formas, por esto se inclinaba a otorgar a cada quien lo que había de corresponderle como tal, e inicia a estructurar un ideal alejado de los privilegios particulares, y de las injusticias enfrascadas en una sociedad tan desigual.

Democracia, patriotismo, nacionalismo, humildad, valentía y respeto, son algunos de los valores que realizan un ideal, el cual debe de ser una característica común del joven actual, el mismo debe de significar una fuente necesaria para el fortalecimiento personal y por tanto general, asimismo, considero que ha de simbolizar un mecanismo de empuje para la elaboración de nuestras aspiraciones, ya que el mismo sustituye el levantamiento instintivo de la motivación. El ideal de por si es vida, porque sin el mismo, caminar con rumbo certero seria incierto, y los caminos nos sobraran, pero realmente no sabríamos cual de todos tomar. Pero, Si perseveramos en la materialización del bien, seguramente, nuestro atributo será, ya sea a largo o mediano plazo, recompensado, y si así lo aceptamos, haremos del ideal una planificación equilibrada de la palabra Libertad.

Así pues, jóvenes visionarios, futuristas y patrióticos, tengamos el coraje y la decisión de hacer nuestros sueños realidad.

Dejó dicho Hostos que sin “pueblo verdadero, la democracia es una palabra retumbante, no un sistema de gobierno”. “La política que buscamos es una política al revés de la enseñada por el coloniaje”. En vez de encaminarla al poder político, se encamina al poder social; en vez de buscar el dominio de todos para uno, busca el dominio de cada uno por sí mismo; en vez de afanarse por fabricar partidos en el aire, se desvive por cimentar en la conciencia de la triste patria la noción de sus derechos, el conocimiento de sus deberes y el reconocimiento de sus responsabilidades”.

Ahora, y esto es lo mejor, ¡el turno nos toca a nosotros!

“Seguid jóvenes amigos, dulce esperanza de la patria mía; seguid con tesón y ardor en la hermosa tarea que habéis emprendido, y alcanzad la gloria de dar cima a la grandiosa obra de nuestra generación política, de nuestra independencia nacional”.

Como dijo Juan Bosch: “No hay arma más poderosa que la verdad en manos de los buenos”.

Y como muestra de mi deseo innato de materializar mis sueños, orientados al cambio radical, pero con una finalidad basada en firmes asignaciones de bondad. La osadía retumba mi pensar, exhibiendo así, mi postura invariante ante un gran grito de libertad.

Muchísimas Gracias.

JJ

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